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Temas: Ingeniería y técnica, Territorio y comunicación; Infraestructura científica y tecnológica: Museos y colecciones; Ubicación:  Centro; Periodos históricos: Siglo XX y contemporáneo

Colección cartográfica

El Museo Franz Mayer se inauguró en 1986 y forma parte del Fideicomiso Cultural Franz Mayer, el cual es administrado por el Banco de México. El objetivo del museo es conservar, exhibir e investigar los objetos que conforman sus colecciones, entre las cuales se encuentra la del coleccionista Franz Mayer. De esta manera el museo se convierte en un sitio de resguardo de nuestro patrimonio cultural, así como un espacio para la investigación y educación. Actualmente, el Museo Franz Mayer posee colecciones de instrumentos, cartografía, cerámica, pintura, indumentaria tradicional mexicana, etc., que datan desde el siglo XII. Además, cuenta con una biblioteca que resguarda diversos libros incunables, manuscritos, libros antiguos, etc. Para esta entrada Héctor Mendoza trajo a un invitado muy especial, ¡el mismo Franz Mayer!quien compartirá con nosotros un poco acerca de su vida y de la colección cartográfica del museo 

  • El edifico donde hoy se ubica el Museo Franz Mayer se empleó para almacenar y pesar la harina

  • La función principal de este edifico fue fungir como hospital.

  • Por orden de Maximiliano de Habsburgo la construcción se convierte en un hospital para mujeres.

  • El Comité Olímpico de México utiliza el edificio como un centro de exposición de artesanías.

  • El edificio pasa a formar parte del Fideicomiso Cultural Franz Mayer.

  • Se inaugura el Museo Franz Mayer.

La colección cartográfica 
del Museo Franz Mayer
 

Los mapas siempre me gustaron, los miraba como ventanas abiertas a otros mundos, alejados y desconocidos. Esas hojas eran la primera entrada para fijar los puntos y rutas de antiguos viajes a tierras lejanas y su dibujo era un estímulo visual para mí. Los mapas me hacían recordar las clases de geografía, en los años escolares, cuando miraba los mapas murales colgados en los muros de la escuela, me indicaban el lugar de Alemania en Europa y en el mundo. En el Putzgers Historischer Schul-Atlas miraba las fronteras, los puertos que recibían barcos de tierras muy lejanas, las tierras agrícolas, los bosques, la línea de costa y los países vecinos. En las hojas de ese atlas estaba la larga historia de Europa, un mundo espacial que me acompañó toda la vida, alterado por las guerras europeas que modificaron las fronteras y la vida de millones de alemanes y europeos. Los mapas me mostraban el tiempo pasado, de antiguos imperios o de ciudades olvidadas, a la vez que proyectaban un futuro, como los nuevos puertos en la India o la ruta del ferrocarril de Oriente que pasaba por las ciudades.  

Planiglobii Terrestris Cum Utroq Hemisphaerio Caelesti Generalis Exhibitio

Crédito: Colección Cartográfica del Museo Franz Mayer

Los tiempos no eran buenos para quedarse en casa, pronto me fui a Londres y de ahí a Nueva York, en esa larga travesía que había visto en los mapas. Instalado en esa ciudad, yo, Franz Mayer, trabajaba en Merril Lynch, entre 1903 y 1905, ahí ganaba experiencia en las finanzas y los mercados internacionales, inesperadamente, he conocido a Hugo Scherer, un alemán y acaudalado hombre de negocios, quien me propuso un empleo en su casa de bolsa de la Ciudad de México. Entonces, con 23 años de edad y dispuesto a la aventura, puse rumbo a México, un país nuevo que, nada más mirar sus paisajes, me resultaba fascinante. 

En la capital mexicana me adentraba en el tejemaneje de la gramática financiera, las inversiones, las operaciones bursátiles y los vaivenes de los precios internacionales de los metales y, como miembro, comencé a frecuentar la Bolsa de Valores de México, en su sede del callejón de 5 de mayo (antes de abrirse hasta el Zócalo), adonde se daban cita corredores y empresarios para la compraventa de una variedad de bienes y valores. En esa época acudía a la magnífica casa de Hugo y Clara Scherer, en el Paseo de la Reforma para hablar de la minería, la producción agrícola y, desde luego, el ramo ferrocarrilero, en un mapa mirábamos la longitud de miles de kilómetros hacia los puertos y la frontera con los Estados Unidos. Para 1912 ya había forjado un patrimonio y las relaciones sociales me llevaron a la práctica del tenis, el golf, el remo o la cacería, además, contaba con un profesor de piano. 

Unos años después, vino la boda con María Antonia de la Macorra y nos fuimos a vivir a una casa, en la avenida Veracruz, número 20, de la colonia Roma, entonces uno de los barrios de moda, con sus elegantes casas, tenía 39 años y disfrutaba de caminar cada día, lo que combinaba con los viajes en coche, a los alrededores de la ciudad, para buscar los volcanes nevados, los magueyes y las iglesias de los pueblos, un campo visual que yo había visto en las fotografías de Hugo Brehme, a quien admiraba y visitaba en su estudio fotográfico para preguntar sobre los equipos fotográficos y lugares para practicar. Poco a poco formaba mis álbumes, reservados al ámbito íntimo de la familia y los amigos. Con mi esposa viaje a Cuba, Panamá, Perú, Bolivia, Chile y Argentina; otros viajes largos nos llevaron a las tierras áridas de Egipto, para seguir la ruta hacia la India, Ceilán y Java, y otra a China, Japón y Corea. Los mapas nos amparaban, nos adelantaban información de las ciudades, los caminos y los puertos y eso nos dejaba tranquilos ante la extrañeza que causaban esos paisajes. 

Pasaba más tiempo en una nueva casa del Paseo de la Reforma número 960, una residencia con amplios espacios para la creciente colección de objetos1, entre cerámica, pintura, vidrio, textiles, escultura, muebles y orfebrería. Ahí revisaba las piezas de mis colecciones y ampliaba su procedencia de Europa y Asia, sin dejar lo mexicano. Los proveedores me mandaban los catálogos de grandes colecciones de arte, en sus páginas se mostraban piezas magníficas, eran un gran atractivo para mí y, de nuevo, ahí estaban los mapas, yo los encargaba, poco a poco los envíos llegaron a la casa, mapas generales como el mapamundi de Mercator y el de Ortelius, los de toda Europa y particularmente de Alemania, como los mapas del atlas de Georg Matthäus Seutter, luego del hemisferio occidental y de Nueva España, la antigua tierra mexicana, también de ciudades, puertos, países y continentes. Los mapas eran como un mosaico de información, imaginaba los viajes, refrescaban el recuerdo, ahí observaba los rasgos de los países europeos, el espacio de las guerras luego buscaba la isla de Java y Ceilán o me fijaba que el nombre de una ciudad cambiaba de un mapa a otro o que el impresor perfeccionaba la aplicación de los colores en los mapas políticos. 

Diversi Globi Terr-Aquei

Crédito: Colección Cartográfica del Museo Franz Mayer

Con la apertura del Museo Franz Mayer2, en 1986, a un lado de la Alameda y en un antiguo y espléndido edificio colonial, restaurado y adaptado, se trasladaron las colecciones desde mi casa a ese lugar, las piezas coleccionadas encontraban un nuevo espacio para la exhibición, sobre todo, con los criterios modernos del montaje, la iluminación y el ambiente controlado en una propuesta museográfica de las artes decorativas de clase mundial. Ahí se procedió a la catalogación de la colección cartográfica, a cargo de los geógrafos de la Universidad Nacional Autónoma de México. De cada mapa se recuperaron 33 parámetros, lo que dio lugar a una ficha catalográfica por cada uno de los 550 mapas, aproximadamente, lo que facilita su control y consulta en las hojas impresas o bien en el sistema Mnemosine del Museo. 

La colección cartográfica al incorporarse en el universo del Museo Franz Mayer se inserta en el contexto de las artes decorativas3. Al lado de las esculturas, los muebles, el vidrio, la pintura o la plata, los mapas ocupan su lugar. También en el espacio de la biblioteca, entre los libros y los globos terráqueos. Los mapas, al colgar de los muros, forman parte de un discurso nuevo, asociado a la vida cotidiana, a la ornamentación de los espacios familiares y sociales. Con su exhibición orientan el gusto por la representación espacial, por lo que enseñan las preferencias de la vida familiar. Los mapas eran como atavíos de un conjunto de piezas que se relacionan, forman una composición y reactivan el placer visual en los entornos domésticos. Los mapas también abren vías al público acerca del gusto y la moda vigentes en otras épocas, al igual que la pintura y los grabados en los muros. Los mapas antiguos proceden, también, del trabajo de los talleres y de artesanos, con un dominio manual y largas tradiciones heredadas en el embellecimiento de objetos de uso cotidiano. En ese mundo de cruce de culturas, de procedencias y objetos decorativos, los mapas4 actúan como un estímulo visual para la cultura del gusto personal, el viaje y la curiosidad por las tierras lejanas. 

Tabula Anemographica seu Pyxis Navtica. Atlantis majoris quinta pars, orbem maritimum

Crédito: Colección Cartográfica del Museo Franz Mayer

Una vista panorámica de la Exposición temporal: Trazar el mundo

LA COLECCIÓN CARTOGRÁFICA DEL MUSEO FRANZ MAYER. SALA DE EXPOSICIONES TEMPORALES, MUSEO FRANZ MAYER, CIUDAD DE MÉXICO, MARZO-MAYO 2021. FOTOGRAFÍA TOMADA POR LA MTRA. ANDREA LUNA HERNÁNDEZ

Un detalle de la Exposición temporal: Trazar el mundo

LA COLECCIÓN CARTOGRÁFICA DEL MUSEO FRANZ MAYER. SALA DE EXPOSICIONES TEMPORALES, MUSEO FRANZ MAYER, CIUDAD DE MÉXICO, MARZO-MAYO 2021. FOTOGRAFÍA TOMADA POR LA MTRA. ANDREA LUNA HERNÁNDEZ

Para saber más:

  • Alvarado, Jacinto, Adrian Dario, Daniela Jardón Santos y Tania Vargas Díaz. (2017). Fichas catalográficas de la colección cartográfica del Museo Franz Mayer. México: Acervos Documentales y Biblioteca, Museo Franz Mayer. [Versión impresa en 2 carpetas las fichas impresas y versión digital en el Sistema Mnemosine del Museo Franz Mayer] 

  • Schlögel, Karl. (2007), “Tiempo de mapas. La época, convertida en mapas”, en En el espacio leemos el tiempo. Sobre Historia de la civilización y geopolítica, pp. 85-91. Biblioteca de Ensayo, 55. [traducción del alemán de José Luis Arántegui], Madrid: Ediciones Siruela 

  • Schlögel, Karl. (2007), “Qué indican los mapas. Conocimiento e interés“, en En el espacio leemos el tiempo. Sobre Historia de la civilización y geopolítica, pp. 92-99. Biblioteca de Ensayo, 55. [traducción del alemán de José Luis Arántegui], Madrid: Ediciones Siruela 

Ubicación

Datos para el visitante

Av. Hidalgo 45, Centro Histórico de la Cdad. de México, Guerrero, Cuauhtémoc, 06300 Ciudad de México, CDMX

Para consultar la colección cartográfica preguntar por Tania Vargas Díaz, jefa de Acervos Documentales y Biblioteca, tel: (5255) 55182266 ext. 235 o escribir un correo a: acervosdocumentales@franzmayer.org.mx

El acceso al Museo Franz Mayer es independiente de la consulta de la colección cartográfica del mismo, visita la página del museo para mayor información sobre costos de admisión y horarios. 

Autor

Héctor Mendoza Vargas

Instituto de Geografía, UNAM

Maestro en Geografía por la UNAM y doctor en Geografía por la Universidad de Barcelona. Es especialista en temas de geografía histórica de México, teoría e historia de la geografía de México e historia de la cartografía de México. Es el responsable del proyecto de investigación: la construcción del paisaje mexicano en la Revista Mapa 1934-1955.

Galería de imágenes

  • Planiglobii Terrestris Cum Utroq Hemisphaerio Caelesti Generalis Exhibitio

    Johann Baptist Homann (1720), Calcografía y acuarela. Nuremberg, estados germánicos [hoy Alemania] Colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Número de inventario: 03264. Número de catálogo: AMA 0164

  • Tabula Anemographica seu Pyxis Navtica. Atlantis majoris quinta pars, orbem maritimum

    Johannes Janssonius (1657), Encuadernación en pergamino. Calcografía y acuarela. Ámsterdam, Provincias Unidas [hoy Países Bajos]. Colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Número de inventario: W-144. Número de catálogo: G1059.A85 1657 (W-144)

  • Diversi Globi Terr-Aquei

    Georg Matthäus (1725-1730), Calcografía y acuarela. Augsburgo, estados germánicos [hoy Alemania]. Colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Número de inventario: 03261. Número de catálogo: AMA-0161

  • Una vista panorámica de la Exposición temporal: Trazar el mundo

    La colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Sala de exposiciones temporales, Museo Franz Mayer, Ciudad de México, marzo-mayo 2021. Fotografía tomada por la Mtra. Andrea Luna Hernández

  • Un detalle de la Exposición temporal: Trazar el mundo

    La colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Sala de exposiciones temporales, Museo Franz Mayer, Ciudad de México, marzo-mayo 2021. Fotografía tomada por la Mtra. Andrea Luna Hernández

  • Vista panorámica desde la sala 3 de la Exposición temporal: Trazar el mundo

    La colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Sala de exposiciones temporales, Museo Franz Mayer, Ciudad de México, marzo-mayo 2021. Fotografía tomada por la Mtra. Andrea Luna Hernández

  • Una vista de la sala 2 de la Exposición temporal: Trazar el mundo.

    La colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Sala de exposiciones temporales, Museo Franz Mayer, Ciudad de México, marzo-mayo 2021. Fotografía tomada por la Mtra. Andrea Luna Hernández

  • Reloj anular exhibido en la Exposición temporal: Trazar el mundo

    La colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Sala de exposiciones temporales, Museo Franz Mayer, Ciudad de México, marzo-mayo 2021. Fotografía tomada por la Mtra. Andrea Luna Hernández

  • Globos terráqueos y celestes exhibidos en la Exposición temporal: Trazar el mundo

    La colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Sala de exposiciones temporales, Museo Franz Mayer, Ciudad de México, marzo-mayo 2021. Fotografía tomada por la Mtra. Andrea Luna Hernández

  • Reloj de sombra tipo equinoccial horizontal exhibido en la Exposición temporal: Trazar el mundo

    La colección cartográfica del Museo Franz Mayer. Sala de exposiciones temporales, Museo Franz Mayer, Ciudad de México, marzo-mayo 2021. Fotografía tomada por la Mtra. Andrea Luna Hernández

  • Entrada del Museo Franz Mayer

    Fotografía tomada por la Mtra. Andrea Luna Hernández

    Información complementaria

    • Otra de las colecciones del Museo Franz Mayer es su colección de relojes. Te invitamos a leer la entrada Museo Franz Mayer: instrumentos matemáticos para conocer sobre esta colección de relojes de sol. 

    • La historia del edificio que hoy ocupa el Museo Franz Mayer data desde mediados del siglo XVI cuando era empleado por la Casa del Peso de la Harina para almacenar y pesar la harina. Posteriormente, en 1586 se convierte en un hospital y mantuvo esa función con diferentes nombres y bajo distintas administraciones hasta mediados del siglo XX. En 1968 el Comité Olímpico de México empleó el edificio como centro de exposición de artesanías, una vez terminados los juegos olímpicos se donó la construcción a los artesanos para que continuaran usándola como centro de exposiciones. Sin embargo, esto no sucedió y la construcción se utilizó como vecindad.  

      El Fideicomiso Cultural Franz Mayer se formó, en 1962, bajo la administración del Banco de México con el objetivo de salvaguardar la colección de Sr. Mayer, cuando éste falleciera, y de exhibirla en un museo. En 1975 Franz Mayer murió dejando como legado su colección de muebles, fotografías, pinturas, relojes, libros, mapas, etc. Seis años después el edificio donado a los artesanos fue cedido al fideicomiso cultural para la instalación del museo. Después de pasar por un proceso de reestructuración y restauración se inauguró el Museo Franz Mayer. Actualmente este museo cuenta con piezas desde el siglo XII hasta el siglo XXI. 

    • Las artes decorativas se refieren a objetos que tienen una utilidad en la vida cotidiana de las personas y que además son estéticamente atractivos, cumpliendo así una función ornamental. Ejemplo de estas artes decorativas son la cerámica, la tapicería, la rejería, la ebanistería y la relojería.  

    • Si te interesa conocer más acerca de la cartografía visita la entrada de la Mapoteca “Manuel Orozco y Berra”. 

    Otros lugares de interés