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Temas: Naturaleza; Infraestructura científica y tecnológica: Instituciones educativas y de investigación, Ubicación: Sur, Periodos históricos: Siglo XX y contemporáneo

La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) que está ubicada en la Ciudad Universitaria de la UNAM, constituye un patrimonio natural y biocultural único en el mundo, ya que se trata de un paisaje volcánico con ecosistemas inigualables. Desde 1983 es un área natural protegida a cargo de la Universidad Nacional Autónoma de México. En esta entrada, el filósofo del paisaje Peter Krieger nos invita a reflexionar de manera crítica acerca del valor natural y estético de la REPSA. 

  • Se establece en Ciudad Universitaria una zona ecológica de 124.5 hectáreas.

  • La zona ecológica es renombrada como Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) y se incrementa en 22.3 hectáreas.

  • Se integra la Cantera Oriente como “zona de recuperación ecológica” y la REPSA se en incrementa 25.3 hectáreas.

  • Se amplia el territorio de la REPSA con 40.4 hectáreas.

  • Se suman 24.8 hectáreas a la extensión de la REPSA.

La Reserva Ecologica
del Pedregal de San Ángel
(REPSA)

La REPSA es un espacio extraordinario a nivel mundial: una reserva donde crece libremente la vegetación endémica sobre los terrenos rocosos del pedregal, configuración evolucionada después de la erupción del volcán Xitle en el cuarto siglo de nuestra era. Sus formaciones basálticas, en tonos oscuros, son resultado de la solidificación de los flujos de lava que configuraron un paisaje con destacada pregnancia, en el lugar donde se asentó la extinguida cultura mesoamericana de Cuicuilco. Del vasto pedregal, que alguna vez se extendió por alrededor de 80 km², sólo quedan 2.37 km² (dato de 2005) dentro de los límites preservados por la UNAM. Existen innumerables reservas biológicas y geológicas en el mundo, pero lo particular de la REPSA se explica por su contexto heterogéneo e incluso conflictivo: el desarrollo urbano de los Jardines del Pedregal por el arquitecto Luis Barragán en los cuarentas, la edificación de Ciudad Universitaria (CU)1 en los cincuentas y la invasión masiva de urbanización ilegal en Santo Domingo, desde los años setenta del siglo XX, arrasaron este ecosistema único con su alta geo y bio diversidad.

La REPSA es una isla dentro de la megalópolis no sustentable, con su densa e infinita “alfombra” de urbanización, que también invade colinas y volcanes circundantes. Peor aún, la presión a esta zona protegida continúa, por las construcciones recientes dentro y fuera de CU, culminando con la construcción del cercano Centro Comercial Artz Pedregal que selló uno de los últimos parches naturales con concreto y asfalto. 

Ciudad Universitaria, REPSA, con horizonte de la megalópolis, 2018

Crédito: Fotografía del Dr. Peter Krieger

Desde la época colonial hasta mediados del siglo XX, este geo-paisaje ha sido desvalorizado como “malpaís”. Gracias al redescubrimiento de los paisajes volcánicos por pintores como José María Velasco2, Dr. Atl y Diego Rivera, además de poetas como Carlos Pellicer y fotógrafos artísticos como Armando Salas Portugal, la estética de la roca volcánica se convirtió en un motivo de identificación nacional. Inspirado por estos antecedentes culturales y con base en investigaciones biológicas y geológicas de la propia UNAM, un grupo de estudiantes, preocupados por el aumento de construcciones de edificios y vialidades en CU, lograron convencer a las máximas autoridades universitarias de preservar los restos del paisaje auténtico del Pedregal, acto que se materializó el 3 de octubre de 1983 con la fundación de la REPSA. Al inicio, esta zona protegida comprendía 124 hectáreas, si bien en 2005 se incrementó a 200 hectáreas. La Universidad tomó la iniciativa de crear un instrumento legal para frenar la erosión de valores naturales en su propia casa. Es un acto de ética ambiental. 

En la vida cotidiana, el acceso a la REPSA no es fácil. Al caminar desde el Jardín Botánico de la UNAM, pasar por las muestras de la botánica nacional, esto es, por un paisaje construido, artificial, se abre el césped cortado de la Unidad de Seminarios Dr. Chávez, lo que contrasta tajantemente con la zona nuclear de la Repsa, donde brota una gran diversidad de plantas endémicas sobre el terreno áspero de roca volcánica, área que también se constituyó en hábitat para la variada fauna local. Hay un sendero hacia una obra de arte contemporáneo, un muro de basura que el artista mexicano Abraham Cruzvillegas concibió en este espacio como provocación por el manejo irresponsablemente consumista del planeta. Sin embargo, no hay paso al microcosmos fascinante de la REPSA; es una zona restringida para su mejor conservación e investigación. 

Ciudad Universitaria, REPSA, Muro de Basura, artista: Abraham Cruzvillegas, 2016

Crédito: Fotografía del Dr. Peter Krieger

Otra obra de arte espacial permite el acceso público hacia la exploración de esta reserva, al otro lado de la cortante Avenida Insurgentes, entrando por el Circuito Mario de la Cueva, casi frente al Instituto de Investigaciones Estéticas. Es un paseo que conduce hacia una obra sobresaliente y única del Land Art en México, el Espacio Escultórico, cuyo círculo de 64 elementos de concreto enmarcan y exponen el origen geológico de CU. Al contemplar este espacio, interrumpido sólo por el muy cuestionado “Edificio H” de la UNAM, se abre un panorama verde de alta complejidad.  

Ciudad Universitaria, REPSA, Espacio Escultórico con Edificio H, 2018

Crédito: Fotografía del Dr. Peter Krieger

En el proceso de producción de conocimiento científico, la REPSA sirve como mostrador y laboratorio vivo. Por un lado, los biólogos pueden observar cómo se desarrolla un ecosistema específico; por el otro, también se revelan las interferencias antropógenas. Desde la planeación de CU surgió el problema de plantaciones exógenas, como el eucalipto y el pino australiano, árboles no adecuados al terreno seco de lava, que además de consumir una gran cantidad de agua, se reproducen rápidamente. Peor, el pasto africano cubre vastas áreas de toda CU. También la diversidad de las plantas del Jardín Botánico, importadas de otras zonas climáticas de México, marcan interferencias que los ecólogos analizan con cierta preocupación. Sin embargo, esta lucha entre factores endógenos y exógenos ofrece lecciones interesantes sobre la globalización de los ecosistemas por el comercio y el intercambio internacional. 

Ciudad Universitaria, REPSA, Unidad de Seminarios Dr. Ignacio Chavez, jardín con pasto, 2016

Crédito: Fotografía del Dr. Peter Krieger

Para la educación universitaria y del público en general, la REPSA cumple una función importante. No obstante, todavía muchos visitantes y universitarios no conocen este enclave. Es aún omnipresente la fijación ideológica por una naturaleza controlada, como el pasto recortado del campus, la agrupación ornamental de árboles y arbustos diseñados en diversas formas. Es una tarea educativa pendiente la de difundir entre la comunidad universitaria y los visitantes del pulmón verde de CU la idea de que la biodiversidad anárquica, no controlada, tiene un alto valor, además de que revela un modo productivo de relacionar ciudad y naturaleza. 

Ciudad Universitaria, REPSA, Instituto de Investigaciones Estéticas, jardinería, 2019

Crédito: Fotografía del Dr. Peter Krieger

Entonces, la REPSA es relevante incluso para todo el sistema ciudad: no sólo es, según el análisis de Antonio Lot y Pedro Camarena, un “laboratorio natural, excepcional, para el estudio de procesos sucesionales y evolutivos”, sino también ofrece modelos para el manejo productivo de paisajes hiper urbanos. En específico, es un espacio libre, no sellado por asfalto o concreto, donde las aguas pluviales se filtran y llegan a los mantos acuíferos. Su vegetación endógena, conceptualizada como “xero-jardinería” de plantas que no requieren riego, representa un modelo hidrológico más sustentable que las plantas ornamentales, omnipresentes en la mega ciudad. El peor ejemplo de ello, como advierte Luis Zambrano, es el green washing (encubrimiento verde) con sus jardines verticales, artificiales y disfuncionales para el ecosistema. Mientras las zonas verdes convencionales de CU absorben un 30 por ciento del agua de pozos, la REPSA no desgasta nada de este líquido esencial. En una ciudad que a lo largo de cinco siglos se ha transformado de una acuápolis mesoamericana a un desierto megalopolitano, esta es una lección destacable. 

La REPSA proporciona el modelo para una necesariamente nueva infraestructura verde para la cuenca urbanizada. Es en este micro cosmos donde es posible observar un modelo novedoso para relacionar la naturaleza libre con la producción urbana. De importancia decisiva es el reconocimiento de la biodiversidad como un valor ambiental e incluso estético – lo que se puede percibir con facilidad al realizar un recorrido por esta zona con ojos y mente abiertos. La REPSA no es un “malpaís”, su vegetación salvaje no amenaza el hábitat humano, en donde todo está domesticado. Por el contrario, este enclave cumple la función de mostrar alternativas al desarrollo no sustentable y autodestructivo de las megaciudades en el mundo. 

Es por ello que subrayo la relevancia de este sitio extraordinario a nivel global en tiempos del Antropoceno. Naturalistas como Robert Macfarlane o el muy reconocido director de cine documental Sir David Attenborough reclaman un cambio en el pensamiento ambiental: hace falta fomentar la expansión de la naturaleza salvaje para amortiguar los extremos daños ambientales que el ser humano causa al planeta Tierra. Vivimos en tiempos en que la “masa antropógena”, es decir, edificios, ciudades, industrias, infraestructuras e incluso la basura superan el peso de la biomasa de la Tierra. Y es bien sabido cuáles son las consecuencias del cambio climático que se genera por las burbujas de calor en las megaciudades. 

Frente a estos problemas a macro escala, el micro cosmos de la REPSA representa un modelo sustentable y relevante para el futuro próximo de la vida humana. Recorrer este enclave de CU inspira reflexiones a sus visitantes tan inesperadas como indispensables. 

Para saber más:

  • Camarena, Pedro. (2010). Xerojardinería. Guía para el diseño de los jardines de Ciudad Universitaria. México: UNAM. 

  • Krieger, Peter. (2008). “Lecciones inesperadas de Ciudad Universitaria y su reserva ecológica” en Bitácora-Arquitectura, Núm. 18, pp.46-49. México: Facultad de Arquitectura, UNAM. Disponible en: https://www.academia.edu/24312980/_Lecciones_inesperadas_de_Ciudad_Universitaria_y_su_reserva_ecol%C3%B3gica_
    en_Bit%C3%A1cora_Arquitectura_Facultad_de_Arquitectura_UNAM_n%C3%BAm_18_2008_pp_46_49
     

  • Lot, Antonio y Zenón Cano-Santana (eds.). (2009). Biodiversidad del ecosistema del Pedregal de San Ángel. Libro conmemorativo del 25 aniversario de la Reserva Ecológica de Ciudad Universitaria (1983-2008). México: UNAM. 

  • Macfarlane, Robert. (2008). The Wild Places. London: Penguin Books. 

  • Zambrano, Luis, Saúl Rodríguez Palacios, Marcela Pérez Escobedo, Guillermo Gil Alarcón, Pedro Camarena y Antonio Lot. (2016). La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel: Atlas de riesgos. Edición 2016. México: UNAM. 

  • Zambrano, Luis y Zenón Cano-Santana (eds.). (2018). Historias que brotan de las rocas. Experiencias sobre el Pedregal de San Ángel y su Reserva Ecológica. México: UNAM. 

Ubicación

Datos para el visitante

Cto. Zona Deportiva 53, C.U., Coyoacán, 04510 Ciudad de México, CDMX

Las zonas de la REPSA que puedes visitar son: la Senda Ecológica, el Espacio Escultórico, el Paseo de las Esculturas, el Jardín Demostrativo de la REPSA y el Jardín Botánico. Cada uno de estos lugares tiene diferentes horarios de atención y en casi todos ellos puedes agendar una visita guiada.

De igual manera te invitamos a revisar la página de la REPSA para cocer más acerca de este proyecto.

Autor

Peter Krieger

Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM

Es doctor en Historia del Arte por la Universidad de Hamburgo. De 1996 a 1998 fue profesor de asignatura en las Universidades de Hamburgo y Bremen. A partir de 1998 se integra a la planta de investigadores del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es profesor en los Posgrados en Arquitectura y en Historia del Arte de la UNAM. Peter Krieger es un pionero de la investigación sobre la eco-estética. Actualmente desarrolla investigaciones sobre la geo-estética, basado en la herencia conceptual de Alexander von Humboldt, relacionado con la llamada vuelta geológica.

Galería de imágenes

  • Ciudad Universitaria, REPSA, con horizonte de la megalópolis, 2018

    Crédito: Fotografía del Dr. Peter Krieger

  • Ciudad Universitaria, REPSA, Muro de Basura, artista: Abraham Cruzvillegas, 2016

    Crédito: Fotografía del Dr. Peter Krieger

  • Ciudad Universitaria, REPSA, Espacio Escultórico con Edificio H, 2018

    Crédito: Fotografía del Dr. Peter Krieger

  • Ciudad Universitaria, REPSA, Unidad de Seminarios Dr. Ignacio Chavez, jardín con pasto, 2016

    Crédito: Fotografía del Dr. Peter Krieger

  • Ciudad Universitaria, REPSA, Instituto de Investigaciones Estéticas, jardinería, 2019

    Crédito: Fotografía del Dr. Peter Krieger

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